Un reciente estudio de Adecco confirmaba que el 76% del nuevo empleo generado cayó en manos de los mayores de 45 años
Cuando yo me incorporé al mercado laboral, a finales de los 80, el mantra era contratar "gente joven y con potencial".
La verdad era que en una economía como la española de aquel entonces, que empezaba a abrirse a la inversión multinacional y a crear un entorno empresarial más dinámico y exigente tras años de mercados domésticos cerrados y sobreprotegidos, la gente joven podía aportar un diferencial que, a menudo, faltaba en los cuadros directivos de muchas de aquellas empresas: Formación universitaria, incluso Masters en Dirección, capacidad para trabajar en Inglés, mentalidad más abierta y orientada al cambio, flexibilidad, etc.
Lo típico de aquel entonces en las empresas españolas era un exceso de burocratización, una baja productividad, unos entornos altamente jerarquizados y rutinizados, donde se primaba la lealtad al jefe y el conformismo, etc. En aquel contexto, la gente joven que salía de la universidad y de las escuelas de negocio podía aportar un diferencial muy necesario para homologar la gestión de las empresas en España a los estándares internacionales, cosa que las empresas estaban dispuestas a reconocer (y a pagar bien!)
Evidentemente, esto ya no es así, y la misma gente que hace 25/30 años aportaba un plus imprescindible de formación y dinamismo, en buena medida ha mantenido esas capacidades, a las que ahora puede añadir su experiencia profesional y su madurez. La verdad es que los jóvenes que empiezan ahora lo tienen mucho más complicado que los de entonces...
Carlos Cámara Diez
Socio Director en Kaleida,S.A. Miembro de CFR International Seach Network